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SIEMPRE TE AMÉ

                    (Versos libres) 


Inexorable pasó el tiempo, 

tantas cosas nos sucedieron

desde que nos distanciamos

en la bruma del desencuentro. 


Al volver a verte renací, 

mi alma lloró de alegría;

al oír tu enternecida voz, 

supe que aún me amabas.


Jamás has sido olvidada, 

te buscaba por doquier

nunca dejé de amarte;

y cómo dolía tu ausencia. 


Tu sonrisa, aún me subyuga

desde  aquella primera vez

cuando te besé locamente, 

y fuimos conjunción intensa. 


Eres mi vida irrenunciable, 

felicidad puntual, precisa

e ineluctable en el tiempo, 

causa de mis sentimientos. 

 

Mi irrevocable primavera, 

te hiciste más hermosa;

eres mi Venus que soñé

desde antes de conocerte. 


Esta tarde, me diste tu amor, 

en nuestro nido como tisú. 

Ahí fuimos cohesión intensa 

con fervor indescriptible.


Afuera, la llovizna se extasiaba

al saber que nos amábamos, 

al saber que volvimos

por siempre inseparables. 


Carlos Rafael

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SUEÑO DE LOCOS


En mis sueños estabas reluciente,

vestida de color escarlata,

caminabas calmosa y radiante.

Risueña me mirabas coqueta.


En mis sueños te ví despampanante,

tus labios carmesí hermosos

parecían brillar insinuantes,

sensuales y sedentes de besos.


No podía dejar de contemplarte,

absorto por tu bella presencia

deliraba ferviente por tenerte,

beldad de indecible lucencia.


En mis sueños te amé arrebatado,

me diste tu manjar delicioso,

tus caricias y besos alongados.

Amarte se volvió solazoso.


Me hiciste feliz en tu empíreo.

Los pétalos de rojo fragante

encubrían tu cuerpo del deseo,

Con ansias te amé delirante.


Desperté, y estabas a mi lado,

¡oh Dios! no te soñé mi amada.

Despertaste, dijiste: “… oh amado,

muy lindo me amaste mi vida.”


Carlos Rafael

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MI SUEÑO Y PARAÍSO

 Ya no sueño con el amor

porque te tengo a tí;

ya no pienso en el Edén, 

porque conmigo estás. 


Ya no puedo escribir versos

porque tus encantos son mis versos;

ya no puedo escribir poemas, 

porque tu belleza es mi poema;


Ya no conozco la soledad, 

porque contigo somos intimidad; 

Ya no  conozco  la ansiedad, 

porque contigo somos totalidad.


Ya no conozco la aflicción,

porque contigo somos satisfacción, 

y vos mi múltiple gran pasión, 

profusidad y plena realización.


Carlos Rafael

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FUE FÁCIL


Fue tan fácil olvidarte

que no pude ni buscarte. 

Y pensar que te amaba, 

yo contigo deliraba. 


Tu perfidia ha dolido, 

a mi alma ha herido. 

Yo he muerto tantas veces

en mis días tan agraces. 


Cercenaste los jazmines

del jardín a escondidas. 

Y también mis ilusiones, 

por vos fueron mutiladas. 


Un dolor desconocido, 

me estaba flagelando;

y mi cuerpo aterido, 

te estaba olvidando.. . 


Ya no tienes la fragancia

del vergel paradisíaco, 

ya no eres su sustancia,

y tu rostro es elegíaco. 


Darlos Rafael

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ERES TÚ


¿Cómo podría olvidarte si eres 

la primavera inconmensurable

 en mi autumnal? 


Sonriente me llevas de la mano

a tu mundo de fantasías, 

de amores jamás vívidos. 


Bajo el cielo purpúreo,

el aroma de tu piel tersa

arrebata y gozoso deliro por tí. 


Cuando el viento alborota tus cabellos,

tu belleza resplandece.

Siento celos inimaginables. 


Tu inusitada vestimenta de mujer, 

extrañamente excéntrica, 

te vuelve codiciada. 


Absorto te contemplo

cuando caminas junto a mí,

Estoy soñando despierto. 


Pero, eres tú, la que desde lejos

irradias la magia de tu amor;

y yo, embelesado por tí. 


Dices que me quieres, 

que me tienes en tu corazón 

¡Oh Dios! cuánta felicidad indecible. 


Carlos Rafael 

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LA ESPERA


En esta mítica noche de estrellas

y de Luna llena, 

te esperé junto a nuestro árbol

para amarte. 

Sus ramas cayeron a sus pies

cual cobijo, 

para sentir tu cuerpo aromado

de curvilíneas;

y mi boca, ansiosa por tu piel, 

sedienta por tí. 

El bosque se inquietó acezante,

al no verte;

los árboles erguidos se movían, 

porque no venías;

y la brisa, angustiada al no verte, 

deseaba amar tu piel. 

Las aves del bosque en vigilia, 

no durmieron, 

entristecidas y desconcertadas

por tu ausencia, 

Mis brazos se entumecieron

de tanto esperarte, 

no pudieron abrazarte. Tampoco, 

dejaste que te ame

para volvernos unicidad absoluta,

debajo de aquel árbol.

Sus ramas en el suelo cual cobijo

saben nuestra historia. 

¿Por qué no viniste amor? 


Carios Rafael 

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NEREIDA


Es la reina del Palacio, 

de las flores la más cautivante 

su sonrisa es prefacio

del amor y pasión abundante. 


Es la musa del empíreo, 

poetisa lejana amante. 

Cuando me ama, yo deliro, 

es mi vino, el más embriagante. 


Se sonroja con mis versos, 

y sus versos también me complacen.

Perfumados son sus besos, 

y mis ansias por ella acrecen. 


De sus labios escarlata

se escurren rocíos de rosa, 

y mi alma se arrebata, 

es poesía que fluye hermosa. 


Cuando duerme, me conturba, 

y me pierdo amando sus versos;

y así, hasta el alba. 

Desperté, con sus cálidos besos 


Carlos Rafael

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NADA


Morir en vano

es la peor de las muertes. 

Es inhumano


Su tiempo pasó

se resecó el amor

mustio padeció. 


Se marchitaron

sus encantos huyeron, 

ya no amaron.


No se resistió, 

el amor agonizó, 

el amor murió. 


El atardecer, 

preámbulo de la noche, 

la vió perecer. 


Vino el olvido, 

fue peor que la muerte, 

huyó el recuerdo. 


No hay nostalgia

cuando ya no hay amor, 

no hay ni algia. 


Cuando la veo

parece que ni sabe

del alboreo. 


Su rostro cambió

el otoño lo marcó

su piel se enfrió. 


(Carlos Rafael)

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SOMOS

 

Al amarnos las estrellas parpadean,

las pasiones inhibidas, se emancipan.

Somos incendiarios e irracionales,

nuestros subconscientes se liberan.

 

Nos autodeterminamos como locos

y con frenesí realizamos los sueños,

declaramos extintas las falsedades.

Conjugamos nuestros cálidos cuerpos.


Como omniamantes a ultranza

cruzamos los momentos del trance, 

y la vida sobrepasamos en sucesivos

momentos de resolución recíproca.


En nuestros intervalos de lucidez

repudiamos la conciencia constrictora,

al amarnos no podíamos ser normales

O sea, somos locos, locos de amor.


La felicidad no puede ser racional

nunca fuimos felices con la razón.

Cómo te amo mi hermosa ida,

orates soy por tu amor inconcluso.


Lo sensato, lo cuerdo y lo normal

nos hace un daño irreparable,

nada nos impide al amarnos. 

Somos la infinitud del amor.


Carlos Rafael

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SONRíES

La noche te descubre, te desnuda. 

Los grillos, asombrados 

se inquietan;

la Luna y las estrellas perplejas

te observan. 

Es mítica tu belleza etérea e infinita. 


La noche te perfuma extasiante, 

la brisa te acaricia acezante, 

la Luna resplandeciente, incita a que te ame;

y tú, tan encantadora, sonríes inocente. 


La noche me reclama que te ame, 

deviene tu hermosura del paraiso, 

huíste para estar a mi lado como lucero. 

No vuelvas mi adorada,  yo siempre te esperaba. 


Mis manos construirán tu gran parterre, 

en donde tu serás la más hermosa. 

Mi rosa inmarcesible, fragante, 

y embriagante. 

Te juro con el alma te amo, hasta el infinito. 


Carlos Rafael

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TUS BESOS

Desde aquel atardecer grisáceo, 

cuando mustio el viento sollozaba, 

y el cielo azul se encapotaba, 

ya no volvieron tus besos rosáceos.


Se resecaron las flores del cielo

al saber que jamás regresarías, 

que ya nunca, jamás me besarías. 

Fue doloroso, no existe consuelo. 


Yo te extraño. Mi alma se entristece. 

Sin piedad, tu me estás aniquilando, 

a sabiendas que aún te voy amando. 

Y lo que siento es fuerte, no desfallece. 


Indetenible, el tiempo discurre, 

y por tí, mi amor va in crescendo, 

me parece que voy enloqueciendo. 

Mi existencia, mohino transcurre. 


Carlos Rafael

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AMOR PROSCRITO

¡Cuidado amor, que jamás se entere él,

que fuiste mi musa,

la que inspiró los versos más osados

por tu forma de amar;

que, con tu seráfica belleza, sin piedad

me enloqueciste

y me diste el roció de tu cuerpo aromado,

la esencia de tu amor.

No le digas que en las noches de plenilunio,

desbordante me amaste,

y dichosa hasta tu cenit divino te consumaste

 

No le digas, que la Luna llena todo lo sabe

y anonadada ha quedado

por tu volcánico amor prohibido y desmedido,

y por eso, te escondió

en su arcano de oro de historias inéditas

de amores proscritos.

Lo más importante, que jamás se entere él

que extraviado a besos encallé

las veces en la parte más divina de tu piel;

por eso te volviste

en mi poema de amor. La más extática.


Carlos Rafael



NOCHERNIEGO

Mítica noche con dosel de estrellas,

es debajo de ella que me transfiguro

y despliego mi incontenible condición, 

de militante irreductible del amor,

de la libertad, la justicia, la sonrisa, 

por la utopía de la humanidad, 

de historias nocherniegas reveladas, 

también de las que fueron censuradas, 

proscritas, satanizadas y perseguidas

por los mojigatos, hipócritas, genuflexos y la "verdad oficial"

¡bazofia repugnante de la especie humana!

Desde el sótano de mi cuartel de invierno,

con la mirada perdida, delirante

y sonriente 

incursiono en la ciudad que parece dormir; 

amante compulsivo de mis guerreras,

bebedor obsesivo del vino rojo,

desde los labios de ellas. 

También, amante de las “cándidas” o "inocentes"

victimadas cobardemente

por sus “príncipes azules”.

También amante de mis extravagantes ácratas,

libres, intelectuales incondicionales 

y bohemias. 

Buenviviente de tascas encubiertas, clandestinas 

y clausuradas, 

verdaderos territorios liberados,

por la acción subversiva

de los parroquianos

y recalcitrantes bohemios, siempre evasivos, renegados, 

rebeldes y enemigos jurados

del "contrato social" opresivo,

y del orden injustamente establecido. 

Solo capitulo incondicionalmente

ante los encantos de mis falenas

lujuriosas, hedónicas,

ninfómanas, pretenciosas, perturbantes e irresistibles. 

A veces, en mi soledad, cansado

de mi itinerante andar, 

encallo en cualquier lugar 

en una fría noche

orlada de estrellas,

con la mirada absorta

y extraviada 

en el inconmensurable horizonte. 

A veces, como un niño 

con mis cabellos desordenados,

me refugio bajo el arrullo subyugante de mi nereida edénica. 

¡Oh cuánta ternura! 

También añoro a mi amada ausente que una mañana,

súbitamente partió a la eternidad

¡sin decirme adiós! 

A partir de entonces, confieso

que ya no soy normal. 

En momentos de mi deprimente nostalgia, me autodestruyo…

¡Luego me alzo! 

A veces…cuando quiero.


Pablo Rojas

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ES POESÍA

Mi amada poesia del amor, 

fontana de versos exultantes, 

mi delicia y sacia con dulzor. 

Dichosa de encantos abundantes. 


De tu boca el vino del amor

sorbí con euforia deleitante;

y tu cuerpo de poemas con dulzor, 

me hizo tu poeta delirante. 


En tu voz de nereida hay amor, 

es poema que causa mi  locura, 

sensaciones extrañas con fervor. 

Y sólo tu puedes ser mi cura. 


Mi Antíope fuiste con candor, 

me diste las llaves de tu vida,

me volviste en tu corcel del amor, 

y tú, amazona, la fruída. 


Nos amamos con locura y pasión

en noches de Luna plateada. 

Consumamos inédita unión

que nunca sería olvidada. 


Es poesía ella... 


Carlos Rafael - mpl

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MI SUEÑO

(Versos libres) 

Este poema, lo encontré en mi "INOLVIDOTECA". Estaba tristemente confinado en un rincón del 2005:


La noche de luna llena cuando la amé, 

jamás volverá,

como el fugaz lucero,  

ella se alejó.


Los besos que le dí con tanta pasión

aquella noche,

se han ido para siempre.

¡Cuánto la extraño!


Vanamente mi alma la busca

y se conduele,

la infinita noche de luna llena

está desolada sin ella.


Amada mía, dime que no fuiste 

un sueño fugaz,

dime que algún día volverás 

y nunca más te irás.


Amada mía, cómo viviré sin tí, 

si ya nada soy sin vos. 

Incluso, ni el día y la noche

existen para mí. 


¿Por qué al amarte perdí la razón, 

y ahora errático

divago hasta en mis sueños

sin poder encontrarte? 


(Carlos Rafael)

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ME DUELES


El alma duele esta noche, 

todavía te reclama contrito;

mi corazón no siente el aire, 

languidece y se ahoga. 


La noche está más oscura, 

su cielo está desolado;

el viento brama dolido, 

y yo, al filo del abismo. 


Tu desdén, es implacable

pero, mi amor es irreductible

se resiste y arremete

contra tu proceder farisaico. 


Dices que todo se fue para ti, 

que ya no sientes ni la vida. 

Y tu corazón lo endureciste, 

y yo,  aún amándote más. 


Tal vez sonríes con maldad, 

o quizá aún te escabulles

de la inmortal primavera, 

o quien sabe, ni ya estás. 


Pero ¿por qué mi padecer? 

Impreco enfadado contra tí, 

por la impostura de tu existir

y tu inconmovible corazón.


Carlos Rafael

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POR TODÍA

Te siento en el aire de la noche aromada a ti;

la rosa rosada despertó, deseaba ser amada

la Luna asombrada, porque ella me quería a mí

sabía que ella, como nunca estaba extasiada.


Al verte, las estrellas presagiaron que habría amor,

el cielo se puso su mejor vestimenta azulada,

los pájaros repente despertaron al sentir un calor,

el mismo que al bosque inquietaba, la rosa agitada.


Incluso el silencio de la noche, con razón se rompió

había oído tus gemidos extáticos felices;

el céfiro, no pudo resistir a tanto amor, suspiró,

así nos amamos, y caímos deshechos y de bruces.


Contigo descubrimos la extraña ilusión del amor, 

son días y noches que motivas poemas con dulzura.

Al verte, me causan sensaciones hermosas con ardor. 

Tu voz melodiosa, es de niña colmada de ternura.


Me pierdo cuando veo tu belleza, me enciende pasión. 

Lo sabes, sonríes sonrojada por tanta osadía, 

entiendes que culpable te has vuelto del amor. ¡Confesión!

Fue lindo haberte conocido, te amaré por todía.


Carlos Rafael

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LABIOS DE CEREZO

Se petrificó

tu boca en la boira,

y ya no sonrió. 


Fríos tus besos, 

dejaste se escarchen. 

Quedaron tiesos. 


Ya no hay amor

¡oh tu rostro!  en rictus

¡oh Dios! hay pavor. 


En los jardines, 

las rosas ya no aroman, 

ni los jazmines. 


Pero, mi amor 

se resiste a morir. 

¡Muerde el dolor! 


Mis besos viven, 

guardan el sabor a ti, 

aún perviven. 


Cómo extraño

tus labios de cerezo

en mi otoño. 


Cuánto te amé

y cómo me amabas,

de tí, ya no sé. 


Carlos Rafael

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NO DEBÍ AMARTE


Amada Nereyda, cada día eres inevitable, 

dejar de amarte es inútil;

en vano te busco,  nada sé de tí,  y tu insabible. 

Dejar de extrañarte es difícil. 


¿Por qué nos amamos esa noche, cuando nos desbordamos? 

Ahora, errante  camino, 

mi alma no olvida esa noche cuando nos entregamos. 

Lo nuestro ha sido divino. 


De pétalos eran esos labios rojos que me alocaron, 

su piel, de seda parecía;

su voz y su boca eran dulces,  ellas me embelesaron. 

Amor tan fugaz se iría.


Carlos Rafael

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CUANDO VOLVÍ EN SÍ

(Versos libres) 


Después de una larga noche gélida 

que parecía inconclusa,

por fin tuve ánimo para recorrer

las raídas cortinas de la ventana

de mi pequeña habitación. 


A mi espalda, la sombra mortal

del pasado, huyó sobresaltado. 

Al frente, resplandecía el nuevo

horizonte, aromado de rosas y lirios. 


El coro melodioso de los pájaros,

me da una calurosa bienvenida;

el rumor de un manantial claro

y transparente de agua, 

me entrega su mensaje de vida;

la suave brisa de la primavera,

acaricia mi rostro y limpia 

lo que quedó de mis lágrimas. 


Un sabio pájaro en mi ventana,

me da una cátedra magistral

sobre la falsedad del amor, 

sobre la perfidia y la mentira...

¡He vuelto en sí, ya no soy normal!


Carlos Rafael

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ETCÉTERA


Amo tus cimas,

tus colinas,

tus "cántaros"

y tus rincones. 

Amo tus manos

níveas y suaves, 

cuando acarician

son traviesas. 

Amo tu delicia, 

tu ambrosia, 

tus suspiros

y tu perfume. 

Amo tu totalidad, 

me enfervorece 

y desenfrena

irreparablemente. 

Tu amor es divino, 

¡Me embriaga! 


Carlos Rafael

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NOS NECESITAN

 Comparto en versos libres, de mi poemario "Versos en tiempos del Corona Virus".


La Luna está mustia,

nostálgica y desolada,

extraña nuestras caricias

y cálidos besos alongados.


Parece que sollozara 

por tu ausencia incierta,

dolorosa e indefinible. 

Ya no ilumina tu cuerpo.


Hasta nuestras almas 

acongojados se consternan,

se reclaman, se buscan

y extrañan sus cuerpos

¿Y tú?


La Luna, desconsolada,

soporta atribulada

detrás de las nubes negras,

por la ausencia de tu amor. 


La Luna se vistió de negro. 

resignada por tu indolencia, 

en su corazón está clavada

la espina de tu indiferencia.


¿Por qué tanto desdén?

¿Si llorando me pedías te ame

y que no dejara de amarte?

¡Es atroz tu silencio mutilante!


Vida, nuestras almas 

no se resignan a perdernos,

necesitan nuestros cuerpos 

para amarse como lo hacían.

¿Y tú?


Carlos Rafael

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LA VÍ

Hoy la ví, tan hermosa, con su mirada perdida. 

El viento, jugaba con sus cabellos castaños. 

Hoy la ví, sonreía exuberante de vida, 

de pronto, sentí que reverberaron mis años. 


Caminaba radiante con su vestido de seda, 

de rojo escotado, como si fuera un sueño;

y la brisa, a ella se perfumó y muy leda. 

Volver yo deseaba ser otra vez su dueño.


Sorprendida al verme, ella me guiñó sonriendo, 

aún me ofuscaba con sus encantos divinos. 

Más hermosa la ví, y yo la seguía amando;

y cómo volviera a besar sus labios tan finos.


Cuando paica, llorando me prometiste amarme, 

debajo la Luna yo te entregaba mi vida, 

nos unimos. Al verte, es muy hermoso acordarme. 

Te amé con el alma, y eso, jamás se olvida. 


Carlos Rafael

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EN LA PLAZA

Aquí, sentado en las gradas de la plaza, espero con ansias que aparezca la Luna llena. La noche está calmada, el cielo despliega sus estrellas rutilantes. El calor de una suave brisa acaricia mi rostro de aspecto abrumado por recuerdos imborrables que perduran,  muy a pesar de lo años que han transcurrido. 

Cómo olvidar, que en este lugar, una noche como hoy, juramos amarnos hasta nuestra existencia otoñal; juramos amarnos, incluso, hasta la otra vida, infinitamente. Aquella noche, la Luna llena, resplandecía Intensamente iluminando el momento en el que nos fundimos en un beso tórrido  y alongado. 

Aún puedo sentir en mis labios, sus labios con sabor a cereza; su piel albugínea endulzada a miel; sus cabellos negros rizados y aromados a rosa, su cuerpo de curvas y cimas arrebatantes. 

¡Ah! sus suspiros pausados desde la profundidad de su corazón. Yo la tenía arrullada en mi pecho, como a una niña, y acariciaba su tierno rostro de piel sedosa. 

La plaza como ahora, estaba vacía, y nosotros, en sublime unicidad inseparables, amándonos debajo de la Luna llena, testigo o cómplice de nuestro amor puro e incondicional. Ahora, en esta noche de nostalgia, contemplo embelesado la aparición de la Luna llena detrás de las lejanas  montañas. Mi alma se alboroza, mi cuerpo tremoso y mi corazón palpitante; mis ojos, contritos, dejan caer unas lágrimas que humedecen mis frías mejillas, inevitablemente. La sigo amando, tal vez más que nunca. 

Desde que te has ido repentinamente una mañana de cielo clareado hacia la infinitud, no puedo olvidarte. El vacío que dejaste en mí, es imposible que alguién pueda llenarlo; desde que te has ido, te hiciste irremplazable e imprescindible, tanto que, vivir sin ti es muy doloroso. Espérame amada mía, que ya estoy atravesando el umbral de mi existencia otoñal. Mi final, ya puedo avizorar en el horizonte embermejecido, y aguardo  con ansias, el momento aquel para estar juntos y amarnos allá donde estás, en tu mundo célico, donde irreversiblemente seremos perpetuidad. 

¡Definitivamente! 


Carlos Rafael

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VOLCÁN

Amada mía, soy tu volcán, 

y tú, la fértil selva abonada

de profuso amor inagotable, 

Soy lava ardiente de pasión

provocada por tu cuerpo albo

de  extáticas colinas  y areolas... 


Soy el navegante que se perdió

en el centro de tu vida y amor, 

donde me embriagué exultante

con el aroma de tu delicia good girl. 


Soy tu volcán, y tú, el sosiego 

de mi pasión sedente por tí. 

Solo tus gemidos, caricias 

y besos pueden extinguirme 

inevitablemente con tu culmen divino. 

¡Me acuerdo, me abrazabas intensamente! 


Carlos Rafael

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LLEGAMOS

Su  piel ardía, 

al besarme se escabió. 

Amor pedía. 


Ida estaba, 

humedeció mi boca, 

amor me daba. 


Y acaeció

que el tiempo se detuvo. 

Todo sucedió. 


Juntos llegamos

al climax fulgurante. 

Nos adherimos. 


Su piel fragante, 

a good girl me encantó, 

fue su talante. 


Carlos Rafael

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LUNA LUNAREJA

Luna bella de la noche, eres mi poema de amor. 

El lunar que escondes al otro lado, incendia, 

causa sensaciones indecibles

de fruición. 

Eres beldad insoportablemente

inevitable, 

provocas en mí, sensaciones

de pasión

como olas del mar que, se agitan

impetuosas, 

por tu belleza célica expugnable a mis besos

y caricias indetenibles en tu piel

de pétalo de rosa. 

Y yo, vulnerable a tus encantos, de Luna, lunareja

e indefenso a tus pies me rindo, 

irretractablemente. 


Carlos Rafael 

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NO DEBÍ AMARTE

Amada Nereyda, cada día eres inevitable, 

dejar de amarte es inútil;

en vano te busco,  nada sé de tí,  y tu insabible. 

Dejar de extrañarte es difícil. 


¿Por qué nos amamos esa noche, cuando nos desbordamos? 

Ahora, errante  camino, 

mi alma no olvida esa noche cuando nos entregamos. 

Lo nuestro ha sido divino. 


De pétalos eran esos labios rojos que me alocaron, 

su piel, de seda parecía;

su voz y su boca eran dulces,  ellas me embelesaron. 

Amor tan fugaz se iría.


Carlos Rafael

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MI DELIRIO

(Versos libres) 

Es una fémina exornada primaveral, 

destella poemas de amor

con los encantos de su cuerpo. 

Es pasión y ansia inevitable.


Pareciera que haya huido

de un mundo empíreo de musas, 

donde la estarán extrañando

por su ausencia repentina. 


Así es ella, cuerpo sinuoso 

de versos y delicia melada, 

causante de bellas sensaciones, 

definitivamente incontrolables. 


Cuando la oigo cantar,

su voz es melodiosa y célica, 

atrae su encanto de amor. 

Es tierna e inevitable. 


Su voz, es arrullo de amor, 

inexcusable para amarla, 

causante de mi delirio

y felicidad indescriptible.


Carlos Rafael

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SIEMPRE SERÁS


Era diáfana, 

acarició mi alma

como la Luna. 


Decía ser ángel, 

amé su encanto

allá en su vergel. 


Su voz célica, 

reclamó por su poema, 

como súplica. 


¿Cómo podía, 

si ella era un poema? 

No lo sabía. 


Como una brisa, 

mis labios la sintieron. 

¡Era poetisa! 


Musa es ahora, 

ella, mi felicidad. 

Mi alma la adora.


Sus poemas haré

de sus encantos será, 

y los amaré. 


Será mi musa

vertiente de poemas. 

Será la causa. 


Carlos Rafael

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SIEMPRE TE AMÉ

                    (Versos libres)  Inexorable pasó el tiempo,  tantas cosas nos sucedieron desde que nos distanciamos en la bruma del dese...