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TE EXTRAÑO

 Irreversible es mi locura

por tu amor sin mesura,

eres voraz y con vesania.

Vivir sin ti no podría

 

Musa lejana, tu hermosura    

desfloró con ventura,

aquella noche, entre mis brazos.

Nos entregamos intensos

 

He ascendido y descendido

a tus colinas, perdido.

Sobrepasamos juntos la gloria

con esplendor y euforia.

 

Fue dionisíaco lo vivido

nunca habrá el olvido,

ni lejanía que nos extinga

ni falsedad que avenga.

 

Hasta mi alma te necesita

desesperado palpita,

por tus encantos dulces reclama

y en la distancia te ama.

 

Yo te extraño musa lejana,

y si regresas mañana,

me asiré loco de tu cinto

y no tendré sufrimiento.

(Carlos Rafael)

FUISTE TÚ

Mi poema fue versado por tus besos,

por tu cálido abrazo extasiado,

por tus caricias incesantes que inspiraron sus rimas.

Tu eres fémina que tanto a mi alma sublimas.

 

Has dejado que tus labios deliciosos

permitieran que mis labios los tocara,

como si ellos estuviesen esperando ansiosos

y asperjados como miel para que yo degustara.

 

Cautivante es tu rostro de ternura

de piel tersa y sonrisa agradable;

las curvaturas de tu cuerpo con sabor a dulzura,

con desenfreno me entregaste, con ardor insaciable.

 

Mi errática vivencia detuviste

en tus brazos yo me siento deslumbrado;

apaciguaste los tormentos de mi alma en ristre,

y como musa de mis sueños con locura amado.

 

Desde lejos con delirio nos amamos,

nuestras almas exultantes se entregaron,

fuimos noctámbulos amantes que vacíos llenamos

y apogeos portentosos de pasión nos unieron.

 

Te has vuelto mi poema cotidiano,

imprescindible son los versos de tu cuerpo gozoso,

me trastorna tu encanto de verano.

Es misteriosa la entrega de tu amor estuoso.

(Carlos Rafael)

 

ASÍ ERES

ASÍ ERES
De las estrellas
eres la más refulgente;
de las flores,
la más aromada;
de las primaveras
la más extasiante;
en mis sueños
no eres prohibida.
En mis noches,
reina deseada del amor.
Tus ósculos fervientes,
son veranos de amor.
Tu boca tentadora,
que se abre deseable.
Tus labios rosados,
delgados y melados
con ardores de goce.
Tu suave voz extática,
es la llamada inevitable
para ser amada.
Tus lunares,
causantes de mi ofuscación.
Tu piel tersa, alba
y fraganciosa, es aliciente.
Tus senos apelmazados,
enhiestos y desafiantes
que reclaman sus besos.
¡Hay de tus cabellos!
ensortijados de castaño claro,
que desean sus caricias.
¡Hay de tu cuerpo!
ondeado y arrebatante
en actitud de entrega.
Tus muslos de afrodita
agraciadas, sensuales
e incitantes.
Tu semblanza es beldad,
que cabalga hacia
su cúlmen de felicidad.
¡Hay de tu horcajadura!
fue ahí que perdí la razón.

(Carlos Rafael)

 

COMO LA BRISA

Tu piel tersa, alba y fraganciosa,  es aliciente para mis besos y caricias itinerantes y frenéticos sobre tí.  Encallan en tu puerta que me ...