Como haz de luz claro,
cruzó el centro del cielo nocturno.
Con ternura me dijo:
"Te quiero mucho, también te extraño..."
Fue tu voz que arrulla,
alivio puro del sueño contigo,
mi cobijo de estrella.
Tu boca dulce, me dió el sosiego.
Es hermosa la vida,
tu voz susurro del alma que ama,
es delicia al oírte,
provoca ansias por tí, por amarte.
Carlos Rafael