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TE SOÑÉ

Despierto, y al contemplarte eres beldad esplendente, 

que aún reposas tu dulce sueño sobre mi pecho.

Tu níveo cuerpo que fue amada en tu noche exuberante de amor,

pareciera que aún reclamara sus besos cálidos y caricias extasiantes.

Tus cabellos sensuales  como un fragmento de la noche,

yacen desplegados provocadores sobre tu grácil espalda, 

inevitablemente arrebatan a mi agitada alma.

Tus delgados labios rojos son incitantes e  irresistibles, 

tienen la fragancia de las rosas de un jardín edénico de amor.

Tu blanca mano suave sobre mi hombro me sostiene hacia ti,

soy tu pertenencia, tu corcel de sueños aún inexplorados de amor;

y tú, mi amazona del horizonte irisado, cabalgando hacia su cénit. 

¡Hay de tu busto! arte de belleza seráfica…

¡Amor, ya despertaste, cuánto te amaba!

(Carlos Rafael)



ME FUÍ

Me fui con la tempestad,

montado en las olas del olvido

huyendo de tu maldad

que toda esperanza ha destruido.


Me sigue un colibrí

que llora sin cesar por su amada.

Jamás tanto dolor vi,

llevando una vida asolada.


También un ruiseñor

intenta con su canto mi consuelo,

sensible por el agror

que muerde el trayecto de mi vuelo.


Un poeta en soledad

que sufre en el alma por su musa,

enfermo de ansiedad,

también me acompaña en mi causa.


El viento se apuró           

en darme su aliento para irme,    

sabía que abjuró,       

que ella, me mintió hasta herirme 

 

Resuelto me alejaré,

no quiero que tus males me enfermen;

feliz deambularé,

allende los jardines me aromen.


Jamás a ti volveré,

de nada nos sirvió lo que hicimos;

de ti nada llevaré,

el tiempo nos dirá lo que sentimos.

  

Prefiero la vastedad

del día y las noches estrelladas,

rehúyo de tu frialdad,

También de tus caricias herrumbradas.


Confieso con claridad,

amé tu hermosura reluciente    

en toda tu integridad,

ahora enmohecida y doliente.


(Carlos Rafael)


LA MUSA Y EL MAR

Bajo la Luna

la musa se extasia,

como ninguna.


El mar salado,

por su musa se volvió

en mar melado.


Cuerpo sinuoso

la musa lo enloqueció,

mar voluptuoso.


De una sirena,

el mar se enamoró,

de amor la llena.


El mar la ama,

todo la acaricia.

Por ella brama.


La musa y mar

con amor se conjugaron,

fueron almíbar.


La Luna los vió

mar y musa en culmen,

el amor ardió.


El poeta sueña,

desea volverse mar

y ser su dueño.


(Carlos Rafael)

MI NASCENCIA

¿Por qué en mi ocaso eres recordada?

Te veo sonriente conmigo, 

parece que jamás te fuiste mi amada.

Por cierto, feliz fuí contigo.
 

Jamás he olvidado esa madrugada,

el cielo se abrió refulgente

se oyeron melodías sacras por mi

amada;

y yo, resignado y silente.


Anduve condolido, siempre angustiado. 

Jamás he podido olvidarte;

y cómo en las noches mustio he llorado.

No pude dejar de extrañarte.


Has vuelto, tu presencia tiene el aroma

de rosas que tanto he amado, 

y ahora, me arrullas dulce cual paloma.

Me dices, jamás me has olvidado. 


Iremos de la mano, juntos a tu cielo,

allende tu mundo irisado,

allá, conjugaremos nuestro gran anhelo,

seremos amor realizado.


En esta existencia fuiste mi amada,

también el continuum, mi nascencia.

Contigo el ocaso muere en la nada

quedó extinguida tu ausencia.


(Carlos Rafael)















BÉSALA

La flor más bella

al Edén le fascina, 

ido por ella. 


Ojos cuidados, 

con pestañas celosas, 

a mí, prohibidos. 


Labios melados

como  rosas rosadas 

son aromados. 


Viajera brisa

acaricia el alma

y su sonrisa. 


Vuela colibrí

despliega tus alitas

bésala por mí. 


Dile que la amo

que sin ella nada soy. 

Sabes que clamo. 


(Carlos Rafael)



DESPUÉS DE LA LLUVIA

La noche de Luna llena, 

después de la intensa lluvia, 

fue tuya en su totalidad. 

El céfiro que acarició tu cuerpo sinuoso, 

se ofuscó sin remedio por la belleza 

que escondías  debajo de tu vestido 

rojo de seda transparente. 

Los grillos con su música de fondo 

cantaron en coro la canción más sublime 

y melodiosa del amor 

para la consumación ininterrumpida 

e inevitable 

de la pasión más voraz  que el amor 

pudo concebir, 

y fue con inusitada impetuosidad. 

La selva ardiente jamás podrá olvidarnos, 

las estrellas centelleaban

y fueron testigos perpetuos de lo acaecido

en aquella primera cita, 

donde desencadenamos lo más inédito

de un amor que fusionó 

dos cuerpos y dos  almas que unánimes 

se amaron como nunca fueron amados.

El amor se había manifestado

irretractablemente, 

fuiste  mi primavera edénica

profusa e incontenible

en medio de la tupida selva. 

Pensar que este amor se dió inicio

con tu  mágica sonrisa de musa. 


Pablo Rojas

DESDE LEJOS

 En la  lejanía, existe una flor

que irradia su edénica belleza, 

es la criatura sublime del amor. 

Su fragancia es divina, es pureza. 


Me han hechizado sus ojos con pasión, 

sus pestañas insinúan adorarlos

pero, los protegen celosas con razón, 

porque saben que me muero por besarlos. 


En su faz de niña, es bello su lunar, 

desde lejos  sin remedio alucino, 

es desesperante, parece un manjar. 

Si supiera que en mis sueños la imagino. 


Sus labios delgados rosados parecen, 

asperjados con almíbar que tientan

besos alongados que al alma remecen. 

Desde lejos sus encantos perturban. 


(Carlos Rafael) 

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TU PERFUME

Es el aroma

de tu cuerpo de musa

que me transforma. 


Es muy difícil

resistir tu belleza

inverosímil. 


Me subyugaste

con tus besos cálidos, 

me alocaste. 


Blancas colinas

me incitan tu amor, 

con dulces ganas. 


Tu piel de seda

acarició mi alma, 

mi bella leda. 


Estuve triste, 

con tu brisa de amor

lo ahuyentaste. 


Me devolviste

el sentido de vivir. 

Amor me diste.


(Carlos Rafael)

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AL FINAL

Los años se fueron de mis manos

fluyeron como agua resecando

y pronto ya seré nada,

sonriendo me habré ido.


Ni cuenta me dí que he vivido,

bregaba, amaba y soñaba.

Ahora el final llega

cansado de esperarme.


Al irme, diré el nombre de ella,

la musa que todo me ha dado,

su reino del amor loco.

También la entregué todo.


(Carlos Rafael)

COMO TÚ

Ví una rosa en un jardín,

de rojo púrpura,

reluciente de belleza 

y fraganciosa como tú. 


La deshojé con mis labios,

besé sus pétalos, 

y bebí el cáliz de su amor, 

tenía tu dulce sabor. 


Conocí a la primavera, 

jamás fui tan feliz 

como lo soy ahora, 

porque estás conmigo . 


Si algún día te vas 

los jardines se amustiarán, 

la primavera  se irá. 

Mi noche será inconclusa. 


Como un niño asustado, 

trémulo  te buscaré, 

me esconderé en un rincón

de la nostalgia agraz. 


Inagotable te aguardaré, 

con la mirada  perdida

en la infinita noche.

Si regresas  algún día. 


(Carlos Rafael) 

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VERSOS INCONCLUSOS

I

(Primera vez)

Llovía aquella noche cálida, 

tu blusa delgada de seda mojada 

se adhería a tu cuerpo, 

trasluciendo tu belleza curvilínea. 


Tus castaños cabellos mojados

caían sobre tu rostro de niña, 

te volvían sensual e irresistible. 

Llovía y llovía aquella noche. 


De súbito, nos abrazamos, 

no sabía cómo protegerte

tu respiración cerca de mi boca, 

nuestros corazones se agitaron. 


Entonces, tus pequeñas manos

se deslizaron inquietas a mi cuerpo, 

y también las mías lo hicieron. 

Tus suspiros me extasiaban. 


Nuestros cuerpos se buscaban, 

la lluvia encendía pasiones

deviniendo extraños deseos. 

Pero, estábamos muy felices. 


Dijiste en voz  baja  a mi oído:

"Es nuestra primera cita  romántica."

Hermosa mujer de mis fantasías, 

ansioso espero volver a verte. 


(Carlos Rafael)

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VERSOS INCONCLUSOS

No. 2

Hermosa la Luna llena brillaba, 

su extraño encanto estimulaba;

la noche a rosas se aromaba

y un grillo alegre canturreaba. 


Lucía la noche de plenilunio, 

el cielo festivo se desplegaba

mostrando estrellas de gran fortunio, 

gozando de un aire que extasiaba. 


Sesteabas divina sobre tu cama

beldad deslumbrante en tu pijama, 

sinuoso y albo transparentaba. 

Tus senos redondos, me perturbaban. 


Rosadas areolas me entregaste, 

bebí tu elixir y me embriagaste. 

Tu noche de amor fue apasionada

y yó, en tus brazos me alocaba. 


Tus labios delgados los he besado

rosados fragantes me han cautivado, 

perdido en tu cuerpo he descendido 

llegando a tu centro. Hemos vivido. 


En cuerpo y alma nos fusionamos, 

fue tanto amor que nos entregamos

que ahora no dejo de imaginarte. 

Mi amada, hermoso es desearte.


(Carlos Rafael)

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PENSANDO EN TÍ

I

No es fácil echarte al olvido

mis labios aún están humedecidos por tí. 

No sé lo que sucederá si se resecan. 


¿Acaso volverás como la primavera? 

Que no sea cuando el otoño me pulverice. 

Entonces no seré nada en este mundo. 


Pueda que renazca en la otra realidad, 

los que se aman dicen que se reencuentran.  

Te esperaré, así sea en la perpetuidad. 


II

Cuando llega la noche, ya no estás,

en vano te busco entre las estrellas, 

y la cruel soledad me terebra el alma. 


En total desvelo, larga se hace mi noche, 

puedo oír los ayes del dolor de mi alma

que padece el tormento de tu ausencia. 


Se han diluido en el páramo inhóspito

las últimas gotas de mis lágrimas

porque tu prolongada ausencia mata. 


III

Solo el olvido mata las esperanzas

y jamás vuelve a retoñar el amor, 

hasta las quimeras son inmoladas. 


Pero, ¿cómo olvidarte mi amada

si estás en mis sueños amándome

como lo hacías en nuestras noches? 


Al despertar ya no estás conmigo

solo tu fragancia permanece en mi cama

y mis sábanas humedecidas por tí. 


IV

Las flores marchitas se han resecado

el viento se las arrastra indefensas, 

el olvido ha consumado su amoricidio. 


No sé que será de mi amor por tí, 

el sepulturero -el olvido-  se olvidó de mí, 

porque mi amor por tí no ha muerto. 


Errático andaré por lugares desconocidos

en busca del olvido para que se extinga 

lo que se resiste a morir en mi corazón.


(Carlos Rafael)



SIN UN ADIÓS

 Nos dejamos caer 

como hojas resecas

que el viento se las llevó.

Nada quedó de nosotros.


¿Qué nos sucedió?

El fuego que encendimos,

de pronto se extinguió,

ni cenizas han quedado.


Luego, en silencio. 

Nos alejamos sin un adiós,

sin decir un hasta pronto.

Ahora, ni nos hablamos.


Juramos amarnos siempre, 

y olvidamos que ambos

unimos nuestros cuerpos, 

y fuimos pasión unánime.


Ahora, muerde la nostalgia, 

mi alma llora sin consuelo

ya no conoce el sosiego, 

día y noche delira por tí. 


(Carlos Rafael) 

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VERSOS INCONCLUSOS

No. 3

Cuando duermes en mis brazos

pareces una niña indefensa, 

vulnerable a mis besos

y expuesta tu belleza tan intensa. 


Tus cabellos acaricio, 

suspiras y tu cuerpo se estremece, 

me provocas, pierdo el juicio. 

De nuevo, la coyunda acontece. 


Cuando duermes en mis brazos, 

admiro fascinado tu belleza

que reposa en mi regazo.  

Por tí, hasta mi alma se embelesa.


Cuando amas, se despliega

un cielo de estrellas asombradas 

por tu forma de entrega, 

se han vuelto sin remedio perturbadas. 


Cuando amas en tu lecho, 

la Luna, la indiscreta romántica, 

te ilumina en tu pecho, 

te beso y te vuelves volcánica. 


Cuando duermes, en tu sueño, 

me dejas que te ame con locura

que quisiera ser tu dueño

y amarte para siempre sin censura. 


No quisiera que amanezca, 

que el tiempo se detenga al unirnos

y que nunca desfallezca, 

que sea impensable separarnos. 


(Carlos Rafael) 



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A LA CASTÁLIDA

De las estrellas del cielo de la noche

tu presencia refulge con derroche,

con tus encantos causaste la locura

del poeta que versa tu ventura.


Entre las flores la más fraganciosa,

tu belleza de fémina copiosa

ha provocado el deseo encendido

del amor que parece prohibido.


Eres la musa del poeta que te ama

y no sabe vivir sin su madama,

irrenunciable te piensa escribiendo,

y por ti, su amor va padeciendo.


Cuando el viento despliega tus cabellos

aturullan al cielo por ser bellos

y tu poeta absorto alucina

convencido que eres su reina.


La ambrosía que guardas en tu busto

es deseo del poeta de buen gusto,

desesperado y loco escanciaría, 

y jamás a tu amor renunciaría.


¡Hay de tu voz! se parece acicate,

melodía sublime para amarte

es la razón del encanto de tu poeta

a quien le clavaste una saeta.


Por tu amor de castálida no duerme,

se desvela el poeta, ya no discierne,

le desespera tu lejana existencia

si dejaras que fueras su querencia.


(Carlos Rafael)




ÉRASE UNA VEZ

(Por la calle Linares)

Sentado en la soledad de un sillón
metálico de la plaza,
siento deseos de apresurar el tiempo
para que huya el día.
La noche se descuelga del cielo como
un manto negro,
con su bordado fino de estrellas como
el mismo oro.

Allende las montañas de la ciudad,
se asoma la mítica Luna llena.
La noche es mágica y cautivante
para los osados amantes
aue en algun lugar, se transfigurarán
y frenéticos se fundirán
alcanzando la extática cúspide sublime
del divino amor.

La noche transcurre, hay una febril actividad 
de los bohemios y ácratas
que empecinados conquistarán
su "libertad absoluta",
de poetas que insaciables beben vino
de los labios delgados de sus musas
que inspiran poemas inconcebibles
de amores proscritos.

Entre bohemios, poetas, ex policías
exguerrilleros, ex paramilitares,
agentes de inteligencia encubiertos
o nó, ex milicianos,
universitarios, "artilleros" consumados,
están los que beben por la extrañada
amada.

Las diferentes criaturas del único
homo sapiens revelarán lo que son,
lo que esconden con mucha diligencia,
y también los que juraron guardar
su secreto hasta la tumba.
Otros se quebrarán al llorar por la
amada ausente y lejana, es muy
posible que...

Al asomarse el alba de un nuevo día,
se esfumarán rápidamente,
otros los "más duros"continuarán
en algún "local de remate",
otros y otras son de las temidas
"ultimas consecuencias",
de lo más serio, "al pie del cañon"...

#Pablo Rojas#
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VERSOS INCONCLUSOS

No. 1

(Primera vez) 


Llovía aquella noche cálida, 

tu blusa delgada de seda mojada 

se adhería a tu cuerpo

trasluciendo tu belleza curvilínea. 


Tus castaños cabellos mojados

caían sobre tu rostro de niña, 

te volvían sensual e irresistible. 

Llovía y llovía aquella noche. 


De súbito, nos abrazamos, 

no sabía cómo protegerte. 

Tu respiración cerca de mi boca

nuestros corazones se agitaron. 


Entonces tus pequeñas manos

se deslizaron inquietas a mi cuerpo

y también las mías lo hicieron. 

Tus suspiros me extasiaban. 


Nuestros cuerpos se buscaban

la lluvia encendía pasiones, 

devenían extraños deseos, 

pero, estábamos muy felices. 


Dijiste en voz  baja  a mi oído:

"Es nuestra primera cita  romántica."

Hermosa mujer de mis fantasías, 

ansioso espero volver a verte. 


(Carlos Rafael)

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AÚN NOS ESPERAN

 Fue larga la noche glacial,

se asomaba el amanecer, 

las calles vacías empezaron a llenarse

y las tascas sin sus bohemios. 

Tu silencio sepulcral fue doloroso, 

nuestras almas se angustiaron

esperando a sus cuerpos. 

Cómo nos desearon, 

nosotros, fríos e indiferentes, 

pavorosamente  silentes. 

Estoica la Luna padeció, 

impaciente nos aguardó 

y se alejó amustiada

apenas apareció el día. 

Su mítica luz de la noche

no pudo iluminar 

los momentos de tu entrega total.

Nuestras almas se compulgen,

se resisten a creer 

que ya no nos amamos, 

pero ellas, no se abandonan, 

aún nos esperan

tomados de las manos. 


(Carlos Rafael)


DESPERTAR

 Vanamente intento no pensar en ti,

jamás debí haberte besado,

te he sentido fragante en mis labios

tu loca beldad y diáfana a la vez.


Despertaste pasiones irrefrenables

que fueron aplacadas por tu belleza, 

con tu extraña manera de amar. 

Luego, cual céfiro le diste quietud a mí alma.


Tus lunares atizaban mis ansias,

te solazabas y sonreías incitante;

eludirte siempre me fue inane.

Lo sabías, y me arrullabas en tu pecho, alongadamente.


(Carlos Rafael)

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TEMORES

Ahí, en un rincón de la oscuridad del olvido, encontré que se escondía un poema nostálgico de tiempos aquellos. Lo incluiré en mi "INOLVIDOTECA", donde debe estar.

Hoy me dijo ella:

¿Por qué son tan tristes tus versos?

¿Cómo no hacerlo si huyeron sus besos

después de tocarme el alma. 

siendo que ahora no encuentro la calma?


Sus ojos ansiaba besarlos,

bellos insinuaban que pudiera amarlos;

mis brazos su cuerpo ciñeron,

juntos nuestras almas, impetuosas se unieron


Después me dolió su ausencia,

días extrañando su hermosa existencia,

sintió temor a lo nuestro.

Cómo lamenté aquel atroz desencuentro.


Un día, volvió con temores, 

dijo decidida su verdad sin pormenores, 

que, no deseaba perderme.

Fue con su ternura que llegó convencerme.


Así, y amigos quedamos.

Pero, logramos en silencio amamos, 

sus ojos no pueden negarlo. 

Este sentimiento es difícil perderlo.


Tenemos, tal vez ilusiones

nunca realizadas o quizá decepciones

difícil saber confesarnos. 

Ambos abrazados nos sentimos eternos.

¿Acaso tenemos amores?


(Carlos Rafael) 









INFINITO AMOR

Estaba escondido, olvidado y agonizando en un frío rincón de los versos de mi inolvidoteca. Aún sobrevive. 


Te descubrí fulgurante,

sentí la primavera de tus besos,

el verano de tu cuerpo de fémina.


Yo te buscaba y tú me buscabas,

las coincidencias nos unieron.

Nuestras almas se regocijaron.


Nuestro fue el eufórico empíreo,

días y noches de exaltación del amor,

almas deleitadas hasta la consumación.


Luego, con el pasar del tiempo

nuestro amor se hizo otoño

ilusiones deshojadas al viento.


Ahora, la indiferencia

es inclemente frialdad,

invierno que flagela el alma.


¿Dónde están las promesas?

Parece que se las llevó el viento, 

sufren en silencio los corazones. 


Inermes en la noche interminable,

perdidos en la bruma de añoranzas

las promesas están agonizando. 


No importa los tiempos difíciles,

este amor se hizo invulnerable,

resiste al peor tiempo que mata.


Lo que sentimos es indeclinable,

estoico sufrimos la indiferencia

esperando nuestro advenimiento.

  

Si volviera a nacer, te buscaría, 

te amaría irretractablemente 

jamás volvería el silencio mutilante. 


(Carlos Rafael) 

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TAMBIÉN

Aquella estrella, la más hermosa

y radiante de la noche, 

descendió deslumbrante hacia mí. 

Como una brisa del estío, 

tocó con ternura  las cicatrices

de mi alma contrita, 

y me dijo que, también padecía

dolores insoportables

que terebraban sin cesar su alma

por la ausencia

de su amado que se fue a la infinitud. 

Mi estrella divina, 

tenía la sonrisa jamás vista, 

la más fascinante;

de ojos ahítos de bellas ilusiones, 

niña seráfica, 

de ternura infinita e invulnerable…


(Carlos Rafael)

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BIG BANG DE AMOR

 En la amplitud del universo infinito,

inconmensurable,

megasistémico 

y multidimensional, 

donde se despliega 

la inagotable materia,

fue lindo coincidir contigo.


Nuestras células 

del sistema material biótico,

se unieron,

 en esta parte diminuta del universo.

Conscientes y dichosos

asumimos alborozados y con ímpetu

nuestro gran amor.

Lo increíble, 

llegamos a amarnos con locura.


Fuimos el big bang 

de un gran amor inédito. 

Acontecimiento

en el inconmensurable universo;

coincidencia milimétrica

de cuerpos y almas,

episodios inenarrables de amor

y eternos amantes incorregibles.


En algún lugar del universo

Fuimos estallido del amor.

Pero, algún día,

ineluctablemente seremos átomos

de la totalidad abiótica,

inanimada e inerte, sin vida. 

Sin conciencia para seguir amándonos.


Nuestras células jamás podrán amarse.

¡Ah! ¿pero, si existe otra vida?

Entonces, volveré a amarte,

más intensamente que ahora…

¿Ves que somos hermosa coincidencia de amor?


(Carlos Rafael)

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FUISTE TÚ

De mi poemario, "Versos en Tiempos del Corona Virus"

FUISTE TÚ

El poema se inspiró en tus caricias,

en tus besos de candor irresistible;

en tus suspiros que a mi alma provocaban albricias

y en tu excéntrica entrega de amor admirable.


El poema fue rimado en tu vientre

por mis besos con locura encendida,

cuando decías extasiada que a ti me adentre

a tu intróito aromado como rosa bellida.


Tu hermosa existencia es mi estro

y causante del ardor de mis deseos,

tantos poemas inspiraste sobre todo lo nuestro.

Indetenibles superamos temporales en treos.


Mi errático trayecto detuviste

en tus senos con amor me convertiste,

en un poeta. Alocado por tu amor me volviste;

y sobre mí, realizada y triunfante te erguiste.


En mis sueños fantasías yo tenía

me amabas y también yo te amaba,

y al despertar, se alejaba tu amor, te perdía.

Pero, ahora soy feliz con tu amor, te esperaba.


Nos dijimos que será una semana

y pasaron tantos años de amarnos.

Tu hermosura te ha vuelto en mi musa lejana,

y los poetas locos, saben que es difícil dejarnos.


El amor y su cenit nos unieron

en coyunda portentosa de poemas,

y de tu cuerpo ondulado, como miel resbalaron,

hacia mi boca te vaciaste convertida en rimas.

(Carlos Rafael)

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TU SONRISA

Todos los días amo tu sonrisa, 

incansable sonríes mi traviesa;

tiene extraña magia que hechiza, 

eludirte no puedo mi majeza. 


Dame tu boca dulce que seduce

que provoca y enciende mis pasiones, 

sabes que locas ansias me produce. 

Extraviémos conmigo tus razones


Siempre hermosa,  luces fastuosa, 

tus locuras te vuelven asombrosa. 

Vida intensa eres mi dichosa, 

de sonrisa alhaja y amorosa. 


Fuente de versos todos tus encantos, 

poema sublime es tu existencia, 

causa de mágicos sentimientos. 

La criatura de pura inocencia. 


(Carlos Rafael)

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COMO LA BRISA

Tu piel tersa, alba y fraganciosa,  es aliciente para mis besos y caricias itinerantes y frenéticos sobre tí.  Encallan en tu puerta que me ...