en todo lo que decía y hacía.
Al final, tarde te diste cuenta,
fue como un trago amargo
y hiel.
Tu alma, fue rasgada con crueldad
por el frío zarpazo del desdén.
Mientras amabas intensamente,
las flores fueron estrujadas
por la falsedad,
para que no aromen tu parterre;
y la primavera fue decapitada
y la primavera fue decapitada
vilmente cuando más amabas.
Después, fuiste martirizada
largos días y noches.
Tu dulce melodía de voz
fue silenciada injustamente.
Tus quimeras desmanteladas,
por haber amado con pasión.
Ahora, ya es demasiado tarde,
porque tu hermosa sonrisa
también fue pulverizada,
y lo peor,
fuiste ultimada por la espalda
cobardemente.
¡No fue un descuido!
¡No fue un descuido!
Estaba fríamente preconcebido
por la impostura del falso amor
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