Todo se unió en nuestra cálida noche,
el mar, impetuoso se desbordó sobre tí,
la lluvia, mojó con ansias tu cuerpo albo,
el rocío del amor humedeció tus labios delgados,
el olor de tu rosa, me extasió con su dulce miel;
tu voz y mi voz suspiraron confundiéndose,
nuestras células alucinaron y se unieron.
La Luna y las estrellas, lo vieron todo,
están inquietas por tí, mi amada musa.
Carlos Rafael
Imagen de red