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COMO LA BRISA

Tu piel tersa, alba y fraganciosa, 

es aliciente para mis besos y caricias

itinerantes y frenéticos sobre tí. 

Encallan en tu puerta que me incendia.


Hay fuego de pasión inextinguible 

en tu introito, 

y tú, suspirante, me entregaste sus llaves

en señal irretractable de rendición,  

y yo, también me rendí ante tu hermosura

 

Rosas, jazmines y violetas se alborozaron, 

los picaflores tenían ansias locas por tu sabor;

y yo, como brisa de verano,  amé  todo tu cuerpo, 

mis besos llegaron a tus encantos escondidos. 


Tus dulces senos apelmazados,

enhiestos

y desafiantes deseaban ser amados;

de sus areolas  fluían la ambrosía de tu amor, 

y con exquisitez endulcé mis labios sedientos. 


(Carlos Rafael) 

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COMO A UN NIÑO

Aquella estrella, la más hermosa

y radiante de la noche, 

descendió de repente hacia mí, 

como brisa del estío, 

tocó con ternura  las cicatrices

de mi alma contrita. 


Me dijo que, ella también las tenía, 

y sentía mucho dolor porque nunca

quiso partir al mundo de la eternidad, 

y que no podía hallar el sosiego

viendo que su amado, 

no cesaba de llorar desde aquel día. 


Entonces, sus pequeñas manos sedosas, 

bajo la luz de la Luna entristecida, 

peinó mis cabellos desordenados

con tanta ternura, 

que me hizo sentir un niño huérfano;

y luego, secó a besos mis lágrimas 

que caían sobre mis frías mejillas. 


(Carlos Rafael)

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NO QUISE

Decidí callarme,

el silencio furioso

se lanzó a matarme.

¡Cielos fue horroroso!


Desde este mundo

es difícil odiarte,

este amor es profundo,

no quisiera amarte.


Si aún me amas

calmarás tormentos,

y también nuestras almas

no tendrán más lamentos.


Lloraré si lloras,

sufriré si sufres,

cantaré si cantas 

reiré si tu ríes.


¡Te extraño vida!

fue muy lindo amarte;

curaré tu herida

que no quise causarte. 


Si me fui, perdona…


(Carlos Rafael) 





PERDIDO

 Estaba escondido en mi "INOLVIDOTECA" del 2011

La noche me parece interminable,

¿de quien será sus besos y caricias?

Cómo olvidarla, fue tan adorable.


Cómo poder no pensar en ella y olvidarla,

si en las noches como esta me entregaba su amor.

Yo la besaba, perdido sin dejar de amarla.

(Juan Carlos Bonus)

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LA LLEGADA DEL AMOR

La sombra de la noche había llegado,

se encendían las farolas de las calles

el cielo desplegaba fulgentes estrellas;

y el aire aromado a ella, a rosas.


Lucía la ciudad su alfombra de luces, 

parecía que el cielo descendiera

creando un paisaje de hermosas estrellas;

y a mi lado, caminaba espléndida élla.


Su nombre es pureza, también inocencia,

la blancura  de su cuerpo es divina

causante de arrebatos intensos en mi mente.

Se lo dije, me sonríe, me toma la mano.


Su boca de almíbar de labios delgados

con ternura exclamó desde muy dentro:

 "...amor, no me traiciones por favor, no lo hagas".

No sabía que el amor había llegado.

(Carlos Rafael) 

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NADA QUEDÓ

Nos dejamos caer, 

como hojas resecas

que el viento se las llevó.

Nada quedó de nosotros.


¿Qué nos sucedió?

El fuego que encendimos,

de pronto se extinguió,

ni cenizas han quedado.


Luego, el silencio mutilante. 

Nos alejamos sin un adiós,

ya ni nos soñamos, 

ni siquiera nos hablamos.


Juramos amarnos siempre, 

y olvidamos que ambos

unimos nuestros cuerpos, 

y fuimos pasión unánime.


Ahora, muerde la nostalgia, 

mi alma llora algunas veces. 

Pronto conocerá el sosiego, 

entonces, te habré olvidado. 


Cuando te olvide, 

habrás muerto para mí, 

ni el recuerdo te salvará. 

¡Nada serás en mi vida! 


(Carlos Rafael)

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TE SOÑÉ

Despierto, y al contemplarte eres beldad esplendente, 

que aún reposas tu dulce sueño sobre mi pecho.

Tu níveo cuerpo que fue amada en tu noche exuberante de amor,

pareciera que aún reclamara sus besos cálidos y caricias extasiantes.

Tus cabellos sensuales  como un fragmento de la noche,

yacen desplegados provocadores sobre tu grácil espalda, 

inevitablemente arrebatan a mi agitada alma.

Tus delgados labios rojos son incitantes e  irresistibles, 

tienen la fragancia de las rosas de un jardín edénico de amor.

Tu blanca mano suave sobre mi hombro me sostiene hacia ti,

soy tu pertenencia, tu corcel de sueños aún inexplorados de amor;

y tú, mi amazona del horizonte irisado, cabalgando hacia su cénit. 

¡Hay de tu busto! arte de belleza seráfica…

¡Amor, ya despertaste, cuánto te amaba!

(Carlos Rafael)



COMO LA BRISA

Tu piel tersa, alba y fraganciosa,  es aliciente para mis besos y caricias itinerantes y frenéticos sobre tí.  Encallan en tu puerta que me ...