Un poema de mi INOLVIDOTECA
Mi sílfide deseada,
cuidaré tu reposo
después de ser amada.
Llenada de gozo.
Caímos abatidos,
fue amor con locura,
me diste tu dulzura
y fuimos unos idos.
Tu cuerpo de amazona
sugerente descansa,
enciende y alecciona.
Ay amor, no te cansas.
Contemplo tu hermosura
que indefensa duerme,
tu rostro es ternura.
Ya quiero perderme.
Delgados y divinos
son tus labios de rosa,
sensuales y tan finos.
Lunareja hermosa.
No puedo evitarte
es difícil rehuirte
te haces inminente.
Es lindo amarte.
Carlos Rafael
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