DE TÍ

 

Musa poetisa, 

te sueño en mi regazo, 

bella felisa. 

Tu piel sedoso

y tus blancas colinas

me hacen dichoso. 

Aludes fruición

mis manos te acarician, 

enciendes pasión.

Tu voz es glamour

melodía de musa

que tienta al amor.

Con loca ansia

a besos te deshojo. 

¡Hay tu fragancia! 

No te sonrojes

por mi loca osadía, 

ni te alejes. 

Mucho te quiero, 

las estrellas ya saben

que por ti muero. 

Yo te escondo

en mi rincón del alma, 

amor profundo. 

Lejana musa, 

de tí dimanan poemas, 

tu eres causa.

La Luna llena

sabe que eres mi musa, 

que me enajenas. 

Contra el poeta

desde la lejanía, 

fuiste su saeta. 

Carlos Rafael

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LÓCAMENTE

 

Fuí donde el médico, me dió antidepresivos. Y nada. 

Fui donde el psicólogo, tuve sesiones

 y sesiones. Y nada.

Fui donde el psiquiatra, me dió ansiolíticos. Y nada.

Al final me encuentro aquí,

junto a unos locos y loquísimos, 

que dicen ser poetas. 

Y yo, desde aquí, te sigo amando locamente.

Carlos Rafael

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,

¿POR QUÉ?

Dime amada de mis fantasías, 

¿acaso olvidaste que no debíamos  enamorarnos como amantes? 

Ahora, por ti, siento un fuego 

de pasión insoportable, 

me quema, incendia

y me tiene enloquecido. 

El alma me duele como nunca, 

cuando te ausentas. 

Mi corazón se vacía todo

cuando no estás en mis brazos. 

Confundida, también me dices

que sientes lo mismo que siento, 

y que te desesperas. 

¿Por qué no podemos vivir 

ni un instante sin estar juntos? 

¿Que nos sucedió mi amor? 

¿Qué es lo que hicimos mal? 

Carlos Rafael

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LA ESPERA

En mi crepúsculo, 

sentado al pié de un molle, 

con mis brazos abiertos

y el corazón contristado, 

ansioso escudriño el horizonte, 

aguardando su retorno, 

Ella dijo, volveré. 

Carlos Rafael

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ME RENDÍ

Tus lunares, mis pensamientos trastornaron,

ni con tus melados besos se calmaron,

ni tus senos me devolvieron el sosiego. 

Yo por vos deliro, eres como el fuego.

Tus lunares, encandilaron a mi alma,

que desesperado busca tener calma. 

Es tu rostro que te convierte  en cautivante,

afiligranada nívea piel ardiente.

Tus lunares, desenfrenaron mis deseos

que los convertiste en locos apogeos. 

Tus lunares, ineludibles provocaban. 

¡Ah! que hermosura, cómo te amaba.

Tus lunares me sometieron sin remedio,

y capitulé ansioso a su asedio;

los besé y acaricié alborozado,

y por tu amor quedé obnubilado.

(Carlos Rafael)

NUESTRO SECRETO

Pero, tengo un secreto de amor, 

y nadie sospecha que nos amamos. 

Ella, tiene su encanto con glamour, 

al vernos, con ansias nos desbordamos. 

Luna llena, no nos dejes por favor

es algo prohibido lo que da ella. 

Pura y dulce como miel es su amor, 

belleza que llegó como una estrella. 

Tiene voz de melodía con fervor, 

al verla, parece mi afrodisia, 

ama tanto que lo hace sin rubor. 

Me da su ternura, su ambrosía...

Carlos Rafael