Bebía mi vaso de vino,
apareces y desordenas mis ideas.
Tu loca belleza devino,
y ahora con tus encantos me mareas.
¿Por qué desordenas mi vida?
Me seduces con tu perfume, me embriagas.
Si fueras pasión comedida,
al amarme tu enloqueces, me propagas.
Derramas mi vaso de vino
salpicando tus curvaturas. Es tu culpa.
Y digo: "Tu amor es divino."
Me abrazas y me arrullas. Me inculpas.
Me dices que nunca amaste,
sin embargo, me descontrolas a caricias,
y sabes que tu provocaste.
Ya no puedo contra tus besos, me desquicias.
Carlos Rafael
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