Al final amaneció,
el día llegó con ella.
La mañana renació,
mi vida la hizo bella.
Significa el amor,
es tierna y dulce fragancia.
Su sonrisa es candor,
de niña hermosa, mi sacia.
Mis heridas restañó,
a besos cálidos lo hizo
y mi sueño retoñó.
Sus ojos son mi gran hechizo.
Ya volví a ser feliz,
al fin alcancé mi sosiego,
se borró mi cicatriz.
Fue ella, yo nunca la niego.
Lo aciago se murió,
la noche ya tiene estrellas,
y la Luna emergió.
Ya vuelan al fin las sisellas.
Carlos Rafael
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