De pronto, te callaste,
dejaste de sonreír.
un oscuro halo glacial
envolvió tu cuerpo.
Una tarde de boira,
te vaciaste de amor,
y dejé que te vayas
a un páramo lejano.
No dijiste adiós,
ni miraste atrás.
Pero, aún respirabas,
debías alejarte.
El cielo grisáceo
jamás lloró por tí,
porque fuiste indolente.
No se apiadó de tí.
Fue extraño amarte,
al final, fundía a besos
la escarcha que cubría
tu rostro. Hoy en rictus.
No sé nada de tí
tampoco te busqué.
Ya no me dueles,
mi alma ya no te ama.
Mis endechas se fueron,
nunca te cantaron,
con miedo huyeron de tí
a cantar a la amada.
El viento, al llevarse
las hojas resecas,
no pudo contigo
porque nada fuiste.
El olvido se olvidó
de olvidarte,
porque nada fuiste,
ni cenizas hay de tí.
Renuncié a tu invierno,
resuelto me rebelé ,
Huí hacía a la dulce voz
de mi bella primavera.
Hoy vivo en la vida
no he muerto en la vida,
ella tiene piel de seda.
Su voz, es edénica.
Bardo
Pinterest
No hay comentarios:
Publicar un comentario