Te amé una tarde no cualquiera,
imposible creer que haya sido así.
Aquel sillón del pasillo de luz tenue
jamás será historia empolvada.
El tiempo ineluctable transcurre
pero, no muere tu amor mutilado
y echado al panteón del olvido.
Aunque lo intentes inútilmente.
Fuego volcánico apagado de pronto,
como lava roja petrificada,
así te has convertido.
Tu existencia se volvió fosca.
En el crepúsculo de la vida,
la nostalgia dolorosa reclama
aquel amor que fue verano.
Execrable el intento de matarlo.
Cómo saber tu extraño proceder
¿por qué cercenaste de cuajo,
la flor más hermosa del amor,
aquella mañana de sol radiante?
Cruel fue tu ultimátum al olvido,
ahora te escondes cobardemente
e intentas huir de la nostalgia.
Pero, jamás podrás borrar nuestra historia...
#Pablo Rojas#