(Versos libres)
El aire, delirante y sin remedio
se extasió con la fragancia de tu piel,
la rosa coqueta se vistió del color
de tus labios alicientes.
El picaflor, de bruces se rindió a tus pies,
subyugado por tu boca.
Yo, estupefacto por tu belleza seráfica,
sin saber qué hacer.
La Luna se negó a iluminar tus encantos,
porque estaba celosa de tí,
se desconcertó cuando se desbordaron
mis ósculos sobre tu cuerpo.
Las estrellas también se escandalizaron
por tu manera extravagante de amar.
Aquella noche, hasta la brisa se encandiló
por tu apogeo, tu realizacion...
Lo más inconcebible del amor irrestricto,
se había consumado aquella noche,
fue en el jardín de esa casona colonial,
en medio de la penumbra aromada a rosas.
La Luna llena, todavía está perpleja
por lo que apasionadamente
hicimos.
Ahora, no hago más que pensar en tí,
mi amada musa lejana.
Carlos Rafael - mpl
Imagen de pinterest
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