Mi “poema” volvió a sonreír,
los rosales se perfumaron;
del arroyo el agua a fluir,
y las tórtolas se amaron.
La floresta, la vida recobró
exultante reverdecía,
se llenó de amor, se inspiró,
en mi musa que sonreía.
Fueron días de boira que viví,
sin sus versos agonizaba.
Al volverla a ver, sobreviví.
no sabía que la amaba.
Melodiosa su voz me cautivó,
su belleza obnubilante
a mi alma a versos agitó.
Es fortuna ser su amante.
Carlos Rafael
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