(Versos libres)
Hoy la ví a mi musa hermosa,
me dió su tierno abrazo,
su perfume me aturulló;
y yo, la ceñí apasionado
contra la pared blanqueada
de la esquina de su casa.
Curiosas, miraban unas tórtolas,
perplejas se escandalizaron.
La Luna llena iluminó
la extasiante belleza de mi musa.
¡Oh Dios, qué encanto de mujer!
Entonces yo le dije:
¡Mátame hermosa musa!
¡No tengas piedad de mí!
Y, ella ... me mató con amor...
conocí el infinito universo
del encanto inevitable
de su cuerpo de nereida,
donde el culmen no fue fugaz.
Su voz es dulce, es afrodisia.
Vive en su mundo de poemas,
rodeada de bellos paisajes
flor prohibida más hermosa,
de aroma que incita a amarla
con locura incontenible.
Me acarona todas las noches,
me conduce a sus sueños
jamás revelados a nadie.
La Luna llena, la ha visto
amarla sin impedimentos.
Le dije: ¡eres mi poema de amor!
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Carlos Rafael