Dulce musa, contigo no hay distancia,
el tiempo, para nosotros, se escabulló;
nunca hubo entre ambos, la ausencia,
sentimos, la conexión que ya nos adhirió.
Tú, la musa luciente irresistible,
me causas indescriptible y rara sensación.
Luego, siempre mi sueño es realizable,
y, sabes enloquecerme con toda pasión.
Siempre vuelve la brisa a la playa
del mar, con descontrolada
desesperación,
quiere huellas del néctar de ti hayan.
Quisiera acariciar tu piel, es su ilusión.
Tiene ansias el bosque por tu aroma,
los arboles alistaron con abnegación,
ramas frescas cual fuera como una cama.
Ahí, yo te he amado con gran efusión.
Carlos Rafael
Imagen de Pinterest
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