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COSAS DEL AMOR

 El minicuento estaba escondido en un rincón de mi  "Inolvidoteca". Creo que lo escribí el 2008.

COSAS DEL AMOR 

Ella  había llegado de las tierras cálidas de la zona tropical.  Lucía hermosa, de piel canela,  alegre y sonriente, de rostro radiante de ternura, de cabellos negros como la noche en el día, mujer de cuerpo pleno que provocaba agradables sensaciones y deseos indescriptibles de amarla… Ah, su perfume de primavera y voz suave que a mí alma volvía extática.

Mirándome fijamente a los ojos, con la sonrisa ancha, casi  susurrando a mi oído derecho, me dijo:

- Oye, tu amigo se enteró que ya estoy sola, y me dijo que me vaya a vivir con él. No sabía qué decirle. Me sorprendí y enmudecí. No sé lo que le pasa a él.

Entonces, casi perplejo, espontáneamente desde lo más hondo de mi alma, de manera incontenible brotaron mis palabras con desesperación:

- Por favor, dile que te casarás conmigo, díselo, aunque no sea cierto, pero hazlo.

Ella, sorprendida, no supo qué decir. Me miró fijamente; y sentí que sus lindos ojos escrutaron raudamente  a mí alma. Luego sonrió tiernamente, como queriendo darme tranquilidad por mi desliz impensado. Juraría que el brillo de  sus ojos me dijeron que también sentía algo por mí.

En verdad, ella siempre fue algo importante para mí, desde que la ví por primera vez en una reunión de compañeros hace muchos años. Entonces, me encontraba con un amigo, quien se dió cuenta que aquella muchacha me estaba obnubilando. Le dije  que me atraía ella.  El "muy amigo", me dijo que era su enamorada que, ni lo piense siquiera.

Retrocedí, porque finalmente me lo pidió mi amigo. Luego, con el pasar del tiempo me enteré que jamás había sido su pareja. ¡Me mintió!

Ahora, ”mi muy amigo" le pidió se vaya a vivir con él, al saber que aquella hermosa mujer había consumado la ruptura con su pareja. 

Después de todo, ahora que tengo la dicha de ser amigo de ella, le confesé todo, y le hice saber de mis sentimientos que aquella vez fueron truncados por "mi buen amigo". Ella, sonriente y con la mirada muy encantadora, parece entender y complacerme. Sabe que la amo, sabe lo que siento por ella; y por eso tal vez me corresponde que siempre pueda verla; me deja que la contemple y disfrute de su presencia. Y eso me hace tan feliz, ella también se siente muy felíz de saber que es muy amada en silencio. Por ahora...

(Carlos Rafael)

COMO LA BRISA

Tu piel tersa, alba y fraganciosa,  es aliciente para mis besos y caricias itinerantes y frenéticos sobre tí.  Encallan en tu puerta que me ...