Soñaba contigo amándote con locura,
y de pronto, desperté angustiado.
En sueños estabas al borde de un abismo,
amustiada, sin consuelo llorabas.
Al fondo, el mar sollozaba entristecido,
conocía el dolor por tu amado
a quién extrañabas desconcertada,
porque días esperabas sus poemas.
Entonces, el mar te detuvo
desesperado,
y te dijo: "no te lances como Storni,
herido está tu amado padeciendo,
porque mucho lastimaste a su alma."
Confieso que días sufría acongojado,
parecía que mis manos temblaban,
mi boca, tu piel anhelaba para amarte,
pero algo me impedía hacerlo.
Te sigo amando, mis labios por ti se secan.
Carlos Rafael