Hoy la ví, de tanto tiempo,
mis labios temblaron,
sentí desplomarme.
Parecía que mi corazón se vaciara,
sentí un extraño dolor en mi pecho.
¡Cielos! Creí que ya no la amaba...
Pensé que la había olvidado,
hasta mi alma se alegró al verla,
felíz de que estaba cerca de mi.
Cuántos deseos de abrazarla,
y arrullarla junto a mi pecho
y decirle: "te amo más que antes".
(Pablo Rojas)