Estaba escondido, olvidado y agonizando en un frío rincón de los versos de mi inolvidoteca. Aún sobrevive.
Te descubrí fulgurante,
sentí la primavera de tus besos,
el verano de tu cuerpo de fémina.
Yo te buscaba y tú me buscabas,
las coincidencias nos unieron.
Nuestras almas se regocijaron.
Nuestro fue el eufórico empíreo,
días y noches de exaltación del amor,
almas deleitadas hasta la consumación.
Luego, con el pasar del tiempo
nuestro amor se hizo otoño
ilusiones deshojadas al viento.
Ahora, la indiferencia
es inclemente frialdad,
invierno que flagela el alma.
¿Dónde están las promesas?
Parece que se las llevó el viento,
sufren en silencio los corazones.
Inermes en la noche interminable,
perdidos en la bruma de añoranzas
las promesas están agonizando.
No importa los tiempos difíciles,
este amor se hizo invulnerable,
resiste al peor tiempo que mata.
Lo que sentimos es indeclinable,
estoico sufrimos la indiferencia
esperando nuestro advenimiento.
Si volviera a nacer, te buscaría,
te amaría irretractablemente
jamás volvería el silencio mutilante.
(Carlos Rafael)
Imágen de Internet.
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