Salgo a caminar respirando
la brisa de los atardeceres,
hasta el aire huele a tu
ausencia.
Me dominas cuál niña
indefensa,
llorando a mares tu ausencia.
Cuando cae la noche...
cuando cae la noche y mi
habitación se inunda de oscuridad,
te busco en las sombras,
en mis sueños; y ya ...
ya no sé dónde buscar.
Mi almohada suele mis
secretos guardar,
sabe que busco tus labios,
tus caricias, tus abrazos,
más no quiero otro cuerpo tocar.
En tu ausencia...en tu ausencia
todo es un calvario
del cual no puedo escapar.
Ven...ven y ámame como siempre
no me hagas esperar.
Aún en tu ausencia sigo siendo tuya... tuya y de nadie más.
Viviana Algañaráz
Escritora-poeta
La Pampa, Argentina
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