Muy alegre en el sarao destellabas,
ataviada de escarlata como rosa.
Atractiva con tu candor extasiabas,
trastornante fue tu imagen de paica.
Cual estío tu blanca piel me encendía,
rebosante me sonreías muy coqueta;
me guiñaste tan maliciosa sonriendo,
tus mejillas enrojecidas se pusieron.
Tu tipoy casi transparente y rojo
me dejaba ver tus encantos de belleza,
lo sabías y me provocabas al verme
insinuantes tus movimientos los hacías.
Fue hermoso cuando bailamos de pronto,
me envolviste con la fragancia de tu cuerpo.
Mientras todos se divertían dijiste:
“nos tenemos que escapar de esta fiesta.”
Te amé entre los arbustos del monte,
tu pureza me entregaste con euforia;
encallé donde tus crurales confluyen
alcanzamos desenfrenados nuestro culmen.
Tu tipoy humedecido brillaba
y la Luna lo escondió con su ternura;
y volvimos al gran sarao muy felices.
¡Ay mi paica, amor eterno juraste!
(Carlos Rafael)
No hay comentarios:
Publicar un comentario