Etiquetas

CASADA AMANTE

Aquella tarde borrascosa de frío glacial en la ciudad, sentada en un sillón de la plaza, ella lloraba amargamente. Sus delicadas manos sobre su hermoso rostro, no podían impedir el discurrir de sus lágrimas. Sus sedosos cabellos castaño oscuro, parecían que tampoco querían que nadie la viera llorando, por eso se dejaban caer delante de su rostro como una especie de cortina piadosa.

Una tarde de un día antes, al salir del lugar donde estudiaba, alguien se había cruzado en su camino. Era su verdadero amor. Entonces, ambos sin ningún reparo, cruzaron las miradas que hablaban del inminente estallido de  un extraño amor. No pudieron resistir, sin decir palabra alguna, el impulso irresistible de sus almas  habían resuelto que debían amarse, y todo fue repentino. Luego, irrefrenables, al atardecer, sus cuerpos habían consumado la pasión más extraña de un amor inédito. ¡Fue voraz e indecible!

Después, al día siguiente, ella lloraba. El, estaba  desconcertado, no podía entender lo que sucedía. La abrazo e intentó consolarla. Ella,  sentada en un sillón de la plaza, se abrazó fuerte de la cintura de él, y le dijo:

_  No quiero perderte nunca.

Él, muy conmovido, no pudo ocultar el profundo sentimiento que había nacido por ella; y con voz firme y decidido le respondió:

_Tampoco quiero perderte, no soportaría vivir sin ti. ¿Qué te  sucede amor?

Ella, descubrió su rostro empapado de lágrimas, y le miró tiernamente para decirle en voz baja.

- Te amo locamente, no quiero perderte jamás, Pero…

Y nuevamente estalló en llanto abrazándose fuertemente de él, quién, confundido y angustiado,  le dijo:

_ Yo también te amo, jamás amé como lo hice contigo, y tampoco me amaron como lo hiciste conmigo. Dime, ¿por qué lloras entonces?

Y ella, respiró profundamente, como intentando darse valor; se limpió las lágrimas con sus delgadas manos. Sus ojos aún lagrimeaban, y su rostro no podía esconder la expresión del profundo sentimiento del amor. Al fin, recobrando una inusitada fuerza interna, le dijo:

_ Disculpa, soy casada, él trabaja en la embajada de Brasil, y es muy mayor, temo por lo que vaya a sucederte si continuamos…No quiero que a causa mía te lastime. Es muy rudo. Jamás me perdonaría si te hace algún daño.

Nuevamente, se puso a llorar desconsoladamente, y con la voz ahogada, mirándole dulcemente a quién decía amarlo, no pudo resistir:

_ Adiós, nunca más nos veremos. Perdoname, lo siento mucho por lo que hicimos. Te amo y siempre te amaré. Nunca te olvidaré, te lo juro.

El, se puso muy triste, sintió que aquel mundo de amor que nunca había conocido antes, súbitamente se esfumaba. No podía entender que la muchacha a quién había amado apasionadamente un día antes, de pronto la perdería. Desesperado y con el alma contrito, no pudo impedir que  asomaran unas lágrimas. Y le respondió esta vez con la voz quebrada:

_ Está bien, entendí. Yo también te amo y te amaré por siempre, jamás olvidaré la hermosa historia de nuestro amor. No quisiera perderte, te amo demasiado como nunca amé a nadie. Ahora, cuando menos, hermosa muchacha, ¿dime cuál es tu nombre? Por favor.

Ella, se puso de pié. Sollozando todavía, le dió un último beso prolongado. En voz baja, le susurro en su oído:

_ Amor, mi nombre ya no importa, recuerda que siempre te amaré, no lo olvides. Adiós. ¡Te amo!

Amor inédito, que a pesar de tanto tiempo, se volvió inmortal.

#Lobo Solitario#

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DOLENS

Desde que te has ido, mis indefinibles noches tienen el cielo más oscuro; el frio, congela hasta mi alma. A mi alrededor, todo es desolación...