Contemplarte es inevitable
me trastorna tu sensualidad,
desordenas mis pensamientos.
Y estás por eso, muy feliz.
Tu encanto irresistible
es inútil poder rehuir,
mis sentidos no obedecen.
Y sonriente, te sientes feliz.
Tu belleza inexplorada
es fragante y primaveral,
me enciende y pide amarla.
Y jadeante, te sientes feliz.
Aliciente arde tu cuerpo,
extasiante como dulce miel.
Yo sediento, me desesperas.
Y lo sabes, te sientes feliz.
Deshojarte como la rosa
desearía, hasta arribar
a tu mundo de fantasías,
a tu centro de felicidad…
Lo lograste mi adorada,
y ahora sin ti no podré,
parte eres de mi existencia.
Y sonríes, te sientes feliz.
(Carlos Rafael)

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