Esa noche cayeron las estrellas,
la Luna se acercó y me acarició;
tú, me dabas los besos de doncella,
mi alma, con tus caricias se enloqueció.
Vino rojo me diste de tu boca,
tan dulce fue tu sabor que me extasió.
Esa noche, tu boca y mi boca
brindaron, y el amor nos enardeció.
Fuego fuimos después de nuestros besos,
ardimos incontenibles con gran pasión,
muchas fueron las formas de entregarnos...
Cumplimos desenfrenados nuestra ilusión.
Dulce musa, contigo no hay distancia,
el tiempo, para nosotros, se escabulló;
nunca hubo, entre ambos, la ausencia.
También, no hay nostalgia, triste huyó.
Carlos Rafael
Imagen de Pinterest
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