Amada flor hermosa de mi vida,
ahora lejana, silente y esquiva.
¿Cómo hacer para olvidarte?
¿Acaso no fuimos unanimidad?
Difícil es olvidar tu grácil sonrisa,
cual amor de primavera perpetua;
difícil es olvidar tus dulces besos
cual caricias de pétalos de rosa.
De mi alma, te has vuelto su raíz,
ineluctable y creciente amor;
de mis sueños, eres la totalidad,
definitivamente irremplazable.
Me duele tu alongada ausencia,
sin tí, es angustiante mi vida;
mi andar es sin fuerza e incierto,
como si fuera un deshabitado.
En el atardecer de mi existencia,
el crepúsculo es de rojo púrpura;
mi rostro demacrado y atezado,
aún esperando que vuelvas.
imágen de Pinterest
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