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JAMÁS MUEREN

Nació tu silencio 

y apagaste la luz. 

Pero, no pudiste

con las luciérnagas 

que, todavía brillan, 

como trozos del día

en la inmensa noche. 

Ellas  sobreviven, 

no pudiste apagar

la Luna y las estrellas, 

el amor no ha muerto

tampoco los sueños, 

las utopías y las fantasías. 

¡Jamás murieron! 

¡Son indestructibles!

Aunque me declares 

que ya no sientes nada. 



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