El alma duele esta noche,
todavía te reclama contrito;
mi corazón no siente el aire,
languidece y se ahoga.
La noche está más oscura,
su cielo está desolado;
el viento brama dolido,
y yo, al filo del abismo.
Tu desdén, es implacable
pero, mi amor es irreductible
se resiste y arremete
contra tu proceder farisaico.
Dices que todo se fue para ti,
que ya no sientes ni la vida.
Y tu corazón lo endureciste,
y yo, aún amándote más.
Tal vez sonríes con maldad,
o quizá aún te escabulles
de la inmortal primavera,
o quien sabe, ni ya estás.
Pero ¿por qué mi padecer?
Impreco enfadado contra tí,
por la impostura de tu existir
y tu inconmovible corazón.
Carlos Rafael
Imagen de Pinterest
No hay comentarios:
Publicar un comentario