Yo la amaba, y ella también.
Y un día, se murió en la vida.
No sonreía, imbuía desdén.
y de pronto, se calló abatida.
La entregué mi amor con pasión,
y me dijo: "No me sigas, he muerto,
se extinguió con dolor mi ilusión;
no me sigas, el amor se fue yerto."
Me lastimó, mi alma sangró,
me abrió una herida, moría.
Se olvidó que un día juró,
que por siempre su amor me daría.
Carlos Rafael
Foto de Internet
No hay comentarios:
Publicar un comentario