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SONRíES

La noche te descubre, te desnuda. 

Los grillos, asombrados 

se inquietan;

la Luna y las estrellas perplejas

te observan. 

Es mítica tu belleza etérea e infinita. 


La noche te perfuma extasiante, 

la brisa te acaricia acezante, 

la Luna resplandeciente, incita a que te ame;

y tú, tan encantadora, sonríes inocente. 


La noche me reclama que te ame, 

deviene tu hermosura del paraiso, 

huíste para estar a mi lado como lucero. 

No vuelvas mi adorada,  yo siempre te esperaba. 


Mis manos construirán tu gran parterre, 

en donde tu serás la más hermosa. 

Mi rosa inmarcesible, fragante, 

y embriagante. 

Te juro con el alma te amo, hasta el infinito. 


Carlos Rafael

Imagen de Pinterest


TUS BESOS

Desde aquel atardecer grisáceo, 

cuando mustio el viento sollozaba, 

y el cielo azul se encapotaba, 

ya no volvieron tus besos rosáceos.


Se resecaron las flores del cielo

al saber que jamás regresarías, 

que ya nunca, jamás me besarías. 

Fue doloroso, no existe consuelo. 


Yo te extraño. Mi alma se entristece. 

Sin piedad, tu me estás aniquilando, 

a sabiendas que aún te voy amando. 

Y lo que siento es fuerte, no desfallece. 


Indetenible, el tiempo discurre, 

y por tí, mi amor va in crescendo, 

me parece que voy enloqueciendo. 

Mi existencia, mohino transcurre. 


Carlos Rafael

Imagen de red


AMOR PROSCRITO

¡Cuidado amor, que jamás se entere él,

que fuiste mi musa,

la que inspiró los versos más osados

por tu forma de amar;

que, con tu seráfica belleza, sin piedad

me enloqueciste

y me diste el roció de tu cuerpo aromado,

la esencia de tu amor.

No le digas que en las noches de plenilunio,

desbordante me amaste,

y dichosa hasta tu cenit divino te consumaste

 

No le digas, que la Luna llena todo lo sabe

y anonadada ha quedado

por tu volcánico amor prohibido y desmedido,

y por eso, te escondió

en su arcano de oro de historias inéditas

de amores proscritos.

Lo más importante, que jamás se entere él

que extraviado a besos encallé

las veces en la parte más divina de tu piel;

por eso te volviste

en mi poema de amor. La más extática.


Carlos Rafael



NOCHERNIEGO

Mítica noche con dosel de estrellas,

es debajo de ella que me transfiguro

y despliego mi incontenible condición, 

de militante irreductible del amor,

de la libertad, la justicia, la sonrisa, 

por la utopía de la humanidad, 

de historias nocherniegas reveladas, 

también de las que fueron censuradas, 

proscritas, satanizadas y perseguidas

por los mojigatos, hipócritas, genuflexos y la "verdad oficial"

¡bazofia repugnante de la especie humana!

Desde el sótano de mi cuartel de invierno,

con la mirada perdida, delirante

y sonriente 

incursiono en la ciudad que parece dormir; 

amante compulsivo de mis guerreras,

bebedor obsesivo del vino rojo,

desde los labios de ellas. 

También, amante de las “cándidas” o "inocentes"

victimadas cobardemente

por sus “príncipes azules”.

También amante de mis extravagantes ácratas,

libres, intelectuales incondicionales 

y bohemias. 

Buenviviente de tascas encubiertas, clandestinas 

y clausuradas, 

verdaderos territorios liberados,

por la acción subversiva

de los parroquianos

y recalcitrantes bohemios, siempre evasivos, renegados, 

rebeldes y enemigos jurados

del "contrato social" opresivo,

y del orden injustamente establecido. 

Solo capitulo incondicionalmente

ante los encantos de mis falenas

lujuriosas, hedónicas,

ninfómanas, pretenciosas, perturbantes e irresistibles. 

A veces, en mi soledad, cansado

de mi itinerante andar, 

encallo en cualquier lugar 

en una fría noche

orlada de estrellas,

con la mirada absorta

y extraviada 

en el inconmensurable horizonte. 

A veces, como un niño 

con mis cabellos desordenados,

me refugio bajo el arrullo subyugante de mi nereida edénica. 

¡Oh cuánta ternura! 

También añoro a mi amada ausente que una mañana,

súbitamente partió a la eternidad

¡sin decirme adiós! 

A partir de entonces, confieso

que ya no soy normal. 

En momentos de mi deprimente nostalgia, me autodestruyo…

¡Luego me alzo! 

A veces…cuando quiero.


Pablo Rojas

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ES POESÍA

Mi amada poesia del amor, 

fontana de versos exultantes, 

mi delicia y sacia con dulzor. 

Dichosa de encantos abundantes. 


De tu boca el vino del amor

sorbí con euforia deleitante;

y tu cuerpo de poemas con dulzor, 

me hizo tu poeta delirante. 


En tu voz de nereida hay amor, 

es poema que causa mi  locura, 

sensaciones extrañas con fervor. 

Y sólo tu puedes ser mi cura. 


Mi Antíope fuiste con candor, 

me diste las llaves de tu vida,

me volviste en tu corcel del amor, 

y tú, amazona, la fruída. 


Nos amamos con locura y pasión

en noches de Luna plateada. 

Consumamos inédita unión

que nunca sería olvidada. 


Es poesía ella... 


Carlos Rafael - mpl

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MI SUEÑO

(Versos libres) 

Este poema, lo encontré en mi "INOLVIDOTECA". Estaba tristemente confinado en un rincón del 2005:


La noche de luna llena cuando la amé, 

jamás volverá,

como el fugaz lucero,  

ella se alejó.


Los besos que le dí con tanta pasión

aquella noche,

se han ido para siempre.

¡Cuánto la extraño!


Vanamente mi alma la busca

y se conduele,

la infinita noche de luna llena

está desolada sin ella.


Amada mía, dime que no fuiste 

un sueño fugaz,

dime que algún día volverás 

y nunca más te irás.


Amada mía, cómo viviré sin tí, 

si ya nada soy sin vos. 

Incluso, ni el día y la noche

existen para mí. 


¿Por qué al amarte perdí la razón, 

y ahora errático

divago hasta en mis sueños

sin poder encontrarte? 


(Carlos Rafael)

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ME DUELES


El alma duele esta noche, 

todavía te reclama contrito;

mi corazón no siente el aire, 

languidece y se ahoga. 


La noche está más oscura, 

su cielo está desolado;

el viento brama dolido, 

y yo, al filo del abismo. 


Tu desdén, es implacable

pero, mi amor es irreductible

se resiste y arremete

contra tu proceder farisaico. 


Dices que todo se fue para ti, 

que ya no sientes ni la vida. 

Y tu corazón lo endureciste, 

y yo,  aún amándote más. 


Tal vez sonríes con maldad, 

o quizá aún te escabulles

de la inmortal primavera, 

o quien sabe, ni ya estás. 


Pero ¿por qué mi padecer? 

Impreco enfadado contra tí, 

por la impostura de tu existir

y tu inconmovible corazón.


Carlos Rafael

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SONRíES

La noche te descubre, te desnuda.  Los grillos, asombrados  se inquietan; la Luna y las estrellas perplejas te observan.  Es mítica tu belle...