En esta mítica noche de estrellas
y de Luna llena,
te esperé junto a nuestro árbol
para amarte.
Sus ramas cayeron a sus pies
cual cobijo,
para sentir tu cuerpo aromado
de curvilíneas;
y mi boca, ansiosa por tu piel,
sedienta por tí.
El bosque se inquietó acezante,
al no verte;
los árboles erguidos se movían,
porque no venías;
y la brisa, angustiada al no verte,
deseaba amar tu piel.
Las aves del bosque en vigilia,
no durmieron,
entristecidas y desconcertadas
por tu ausencia,
Mis brazos se entumecieron
de tanto esperarte,
no pudieron abrazarte. Tampoco,
dejaste que te ame
para volvernos unicidad absoluta,
debajo de aquel árbol.
Sus ramas en el suelo cual cobijo
saben nuestra historia.
¿Por qué no viniste amor?
Carios Rafael
Imagen Pinterest
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