(Versos libres)
Poemas escritos desde el alma
para el alma,
no son poemas desalmados
escritos para el mercado.
No soy un poeta, tampoco lo presumo,
aunque digan lo contrario.
Simplemente soy un transcriptor,
un escribidor de poemas melados
que dimanan de los encantos
endulzantes de ella,
numen innegable.
Confieso ante el tribunal del amor,
que es ella la causante y culpable
de mis alucinaciones indescriptibles de amor…
En mi existencia autumnal,
allende en el crepúsculo,
descubrí una flor edénica
vestida de pétalos rojos púrpura,
de piel alba y sedosa,
fraganciosa e incitante,
divinamente irresistible…
Se lo dije. Ella sonrió tiernamente
y con su voz suave y melodiosa,
me dijo que yo estaba loco.
¿Cómo podría creer ella que,
también causó mi locura?
Ella es la fémina,
exornada primaveral
que destella poemas
con el alma y pasión inconmensurable.
Pareciera que haya huido
de un mundo empíreo inédito.
Así es ella,
cuerpo sinuoso de versos
y de delicia causante inevitable
de mi delirio irreparable.…
Carlos Rafael
Imagen de red
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