Bajo la Luna
la musa se extasia,
como ninguna.
El mar salado,
por su musa se volvió
en mar melado.
Cuerpo sinuoso
la musa lo enloqueció,
mar voluptuoso.
De una sirena,
el mar se enamoró,
de amor la llena.
El mar la ama,
todo la acaricia.
Por ella brama.
La musa y mar
con amor se conjugaron,
fueron almíbar.
La Luna los vió
mar y musa en culmen,
el amor ardió.
El poeta sueña,
desea volverse mar
y ser su dueño.
(Carlos Rafael)
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