Aquella tarde de septiembre,
ella, de belleza ofuscante
y ojos que hablan de amor,
apareció súbitamente.
Sonriente y llena de ternura
con pasos firmes y resuelta
avanzó indetenible hacia mi
y me miró con tanta dulzura.
Con inusitada rapidez,
su delicada mano derecha
retiró el barbijo de su rostro
de encanto aliciente.
Me abrazó efusivamente
como a un niño acongojado;
yo también la abracé fuerte,
luego, todo fue un sueño.
Me besó, también lo hice,
y besé lo que ansiaba de ella,
sus lindos ojos, los amé y amé…
Aun absorto estoy por ella.
(Lobo Solitario)
LLAMADA DE AMOR
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
LA VÍ
La ví boca abajo, indefensa o agresiva; expuesta o incitante, de cuerpo bien torneado. Mi razón huyó cobarde, su beldad, la obnubiló; no...
No hay comentarios:
Publicar un comentario