Yo no resisto
sus curvys tan divinas.
No las desisto.
Oh amaranta,
sus manos discurrieron
sobre sus partes.
Orate mi alma,
al verla tentadora
perdió la calma.
No resistimos
ambos descontrolados
enloquecimos.
Nos desbordamos
Agni, vió nuestros cuerpos.
Nos consumamos.
Nos concedimos,
piel a piel abrasados
nos adherimos.
La vi tan bella,
su secreto lo besé.
Qué dulce es ella.
No la resistí,
me condujo al cénit
y me extinguí.
Aún hay en mi piel
sabor a su ambrosía.
¡Ah! labios de miel.
Noche de amor
la amé con mi boca
con todo el furor.
Volver quisiera
a su fuente de amor,
deliciosa era.
Carlos Rafael - mpl
Imagen de red

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