Nostálgico, me detuve en la puerta de tu casa,
aún está el aroma a rosa de tu piel de seda,
de aquella noche, cuando te entregaste a mí.
Nostálgico me alejé a la playa donde te amé,
el mar se apiadó al saber que te extrañaba;
y de pronto, se embraveció por tu ausencia.
Las arenas de la playa, bajo la luz mítica de la Luna,
aún conservaban las huellas de nuestros cuerpos
de aquella noche que nos amamos copiosamente.
Carlos Rafael

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