Hoy la ví, tan hermosa, con su mirada perdida.
El viento, jugaba con sus cabellos castaños.
Hoy la ví, sonreía exuberante de vida,
de pronto, sentí que reverberaron mis años.
Caminaba radiante con su vestido de seda,
de rojo escotado, como si fuera un sueño;
y la brisa, a ella se perfumó y muy leda.
Volver yo deseaba ser otra vez su dueño.
Sorprendida al verme, ella me guiñó sonriendo,
aún me ofuscaba con sus encantos divinos.
Más hermosa la ví, y yo la seguía amando;
y cómo volviera a besar sus labios tan finos.
Cuando paica, llorando me prometiste amarme,
debajo la Luna yo te entregaba mi vida,
nos unimos. Al verte, es muy hermoso acordarme.
Te amé con el alma, y eso, jamás se olvida.
Carlos Rafael
Imagen de red
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