Bajo mis pies el piso se remeció,
sentí que me desplomaba,
su corazón mi alma estremeció,
sabía que la amaba.
Su corazón, me hizo su confesión,
y cómo no entenderla
si me aloca siempre con gran pasión;
y cómo no pretenderla.
En su reinado , ella me sometió
me dijo que la amara
sus encantos, todo me entregó.
Logró que me cautivara.
Entre gemidos, ella enloqueció
su cénit fue sucesivo,
y su beldad de musa resplandeció,
su amor fue definitivo.
Su existencia llena es de amor,
amando es apasionada
y su delicia causa mi gran fervor.
Amando es ilimitada.
Es exigente, ama con plenitud,
es libre y dominante,
impetuosa hasta la infinitud,
y siempre anonadante.
Carlos Rafael
Imagen de Internet
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