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ROCÍO DE AMOR

De tus cabellos negros ensortijados

y mojados por la lluvia,

se deslizaban gotas de agua fragantes,

y tu cuerpo clareaba.

 

Humedecidos tus labios de escarlata

provocaban endulzantes;

irresistibles senos que obnubilaban,

ser amados insinuaban.

 

Desesperado como nunca te amaba

recorriendo tu hermosura

y expugné tus dominios con euforia

 ascendiendo tus colinas.

 

Encaramado de las nubes estaba,

y la lluvia no cesaba;

entregarnos tampoco no amainaba

¡Que hermoso te amaba!

 (Carlos Rafael)

 

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